Raul Valencia Obituary

Raul Parra Valencia, a cherished patriarch and beacon of love and courage, departed this world on July 26, 2025, in Dallas, Texas, concluding a vibrant journey that began on October 31, 1944, in Ranchos de Santiago, Chihuahua, Mexico. He lived a rich life, filled with devotion and faith to God, the joy of family, the satisfaction of work well done, and the simple pleasures of life.

Raul's story is one of unwavering respect for others and dedication to his loved ones. He was the cornerstone of the Parra Ordoñez family, a role he embraced with the same honor and strength as his late parents, Manuel Parra Chavez and Cruz Valencia de Parra. Although his beloved sister Socorro predeceased him, Raul's legacy is carried on through his devoted wife of 60 years, Teresa Ordoñez de Parra, who stood by his side throughout every chapter of their lives together, from their first meeting to their golden years.

Together, Raul and Teresa raised a family that grew to encompass not just their children-Fabiola, Jorge Luis and his wife Lilia, Dagoberto and his wife Cintia, Mario Hector and his wife Lizeth, Leonila, Maria Isabel and her husband Saul, and David and his wife Ledy-but also a joyous collection of grandchildren and great-grandchildren. "Papi Raul's" love and lessons are reflected in each of them: Leonardo, Marisa, Cameron, Evan, Fabian, Crystal, Kenedi, Lily, Paola, Leslie, Jax, Katiana, Abigail, Olivia, Lukah, Isabela, Mariana, Damian, and Gabriela, and the youngest blossoms of the family tree, great-granddaughters Lucy, Olive, Camila, and Melody. Also left to mourn Raul's passing are his siblings Mercedes, Manuel, Raymundo, Santiago, Isidro, and Jose, who always held a very special place in his heart.

A hard worker throughout his life, Raul was the epitome of respect and generosity, always placing others before himself. His colleagues and friends knew him as a man of integrity, one who would go to great lengths to support those around him. Raul was the warrior of his family, a hero in the everyday sense, who tackled life's challenges with a courageous heart.

Raul's interests painted the picture of a man who savored life's simple joys. He had a passion for puzzles and mathematics, a testament to his love for problem-solving and intellectual pursuits. Music filled his home with melody and memories, while his love for cookouts and good times became the hallmark of family gatherings. Above all, Raul loved his family unyieldingly and took every opportunity to make them feel cherished.

In remembering Raul, we recall a man who embodied love and courage. His passing leaves a void in the hearts of those who knew him, but his spirit lives on in the stories shared, the laughter remembered, and the legacy of love he leaves behind.

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Raúl Parra Valencia, un patriarca querido y faro de amor y valentía, dejó este mundo el 26 de julio de 2025, en Dallas, Texas, concluyendo un viaje vibrante que comenzó el 31 de octubre de 1944, en Ranchos de Santiago, Chihuahua, México. Vivió una vida rica, llena de devoción y fe a Dios, la alegría de la familia, la satisfacción de un trabajo bien hecho, y los placeres simples de la vida.

La historia de Raúl es una de respeto inalterable por los demás y dedicación a sus seres queridos. Fue el pilar de la familia Parra Ordoñez, un papel que acogió con el mismo honor y fortaleza que sus difuntos padres, Manuel Parra Chávez y Cruz Valencia de Parra. Aunque su querida hermana Socorro falleció antes que él, el legado de Raúl se lleva adelante a través de su devota esposa de 60 años, Teresa Ordoñez de Parra, quien estuvo a su lado a lo largo de cada capítulo de sus vidas juntos, desde su primer encuentro hasta sus años dorados.

Juntos, Raúl y Teresa criaron una familia que llegó a incluir no solo a sus hijos-Fabiola, Jorge Luis y su esposa Lilia, Dagoberto y su esposa Cintia, Mario Héctor y su esposa Lizeth, Leonila, María Isabel y su esposo Saúl, y David y su esposa Ledy-pero también una alegre colección de nietos y bisnietos. El amor y las lecciones de "Papi Raúl" se reflejan en cada uno de ellos: Leonardo, Marisa, Cameron, Evan, Fabián, Crystal, Kenedi, Lily, Paola, Leslie, Jax, Katiana, Abigail, Olivia, Lukah, Isabela, Mariana, Damián, y Gabriela, y las más jóvenes flores del árbol familiar, las bisnietas Lucy, Olive, Camila, y Melody. También quedan para lamentar la partida de Raúl sus hermanos Mercedes, Manuel, Raymundo, Santiago, Isidro, y José, quienes siempre ocuparon un lugar muy especial en su corazón.

Un trabajador incansable a lo largo de su vida, Raúl fue la personificación del respeto y la generosidad, siempre anteponiendo a los demás sobre sí mismo. Sus colegas y amigos lo conocían como un hombre de integridad, uno que haría grandes esfuerzos para apoyar a quienes lo rodeaban. Raúl fue el guerrero de su familia, un héroe en el sentido cotidiano, que afrontó los desafíos de la vida con un corazón lleno de valor.

Los intereses de Raúl dibujaban el retrato de un hombre que disfrutaba de las alegrías sencillas de la vida. Tenía pasión por los rompecabezas y las matemáticas, un testimonio de su amor por la resolución de problemas y las actividades intelectuales. La música llenaba su hogar de melodías y recuerdos, mientras que sus parrilladas y buenos momentos se convirtieron en el sello distintivo de las reuniones familiares. Por encima de todo, Raúl amó incondicionalmente a su familia y aprovechó cada oportunidad para hacerla sentir querida.

Al recordar a Raúl, evocamos a un hombre que fue la encarnación del amor y la valentía. Su partida deja un vacío en los corazones de quienes lo conocieron, pero su espíritu perdura en las historias compartidas, las risas recordadas y el legado de amor que deja tras de sí.